jueves, 26 de mayo de 2016

Practica el yoga con tu bebé

Convertirse en madre conlleva, entre muchas otras cosas, disponer de menos tiempo propio, sobre todo al principio, cuando nuestro bebé es un recién nacido. Solemos abandonar la práctica de ese deporte que antes amábamos y hacíamos en la piscina, en el gimnasio o en un parque. La lactancia y las constantes atenciones que necesita el bebé no suelen ser compatibles con este tipo de actividades. Otro problema es no tener la ayuda para dejar al bebé un par de horas para volver a hacer ejercicio, pero ejercitar nuestro cuerpo después de tener un hijo, cuando ya estamos totalmente recuperadas, es necesario. Criar un bebé es muy pesado y sin quererlo forzamos a diario nuestra musculatura y especialmente la espalda por lo que es habitual sentir dolor de espalda, de brazos y articulaciones, por el hecho de coger al bebé o darle el pecho, momentos en que adoptamos malas posturas. Por eso, no debemos interrumpir la práctica del yoga, un ejercicio tan beneficioso, no solo con la postura y el desarrollo de la musculatura sino que nos da equilibrio de cuerpo y mente.

Las clases de yoga “mamá & bebé” dan la oportunidad de volver a recuperar la fuerza y la flexibilidad, conectarse con el bebé en una actividad en la que ambos disfrutan y hacer nuevas amistades que se encuentran en la misma situación que tú.



¿En qué consiste la clase?

La clase se enfoca en movimientos de respiración especiales para nuevas mamás y los bebés se benefician de lo que a ellos les parece un juego, ya que se usa el peso del mismo bebé para trabajar la musculatura de manera más intensa, mientras se los mira, se habla con ellos, se los besa…

Durante la clase sobran las risas, es una clase mucho más relajada a la de cualquier clase de yoga normal. Si el bebé se cansa, se puede parar y pasearlo, darle de lactar o simplemente descansar. Al final de la clase se les hace ejercicios de estimulación temprana y masaje shantala especial para bebés. Para éstos también es muy beneficioso verse en un ambiente con otros bebés más o menos de la misma edad.

La clase es muy informal y vivaz. No hay en absoluto presión para que la mamá realice las posturas de manera “perfecta” o que el bebé se comporte de cierta manera. Parte de la clase es dar la bienvenida a que los bebés se comporten tal cual son y expresen su curiosidad, irritación o alegría con cada movimiento o con los otros compañeritos.

Para la mamá, se le da especial atención a desarrollar fuerza y estabilidad de los músculos abdominales, tanto internos como externos, elongar y fortalecer la espalda, relajar el cuello, fortalecer el piso pélvico y aliviar la tensión de los hombros. También se realiza un poco de gimnasia hipopresiva, tan importante después del parto.

Es importante aclarar que no se necesita tener experiencia previa en yoga para beneficiarse de estas clases, las puede realizar toda mamá sin importar su nivel físico. Las mujeres que ya practicaban yoga antes encontrarán una manera divertida de seguir practicando la práctica que tanto disfrutan junto a sus bebés.

Verdaderamente es una clase con muchos beneficios para ambos y en la que al mismo tiempo ¡hay que divertirse!

Para asistir a esta tipo de clases, bastará con llevar ropa cómoda y una mantita para el bebé.



BENEFICIOS PARA MAMÁS Y BEBÉS

Las clases de yoga para mamás con bebés nos permiten continuar la práctica del yoga durante el postparto y la lactancia mientras el bebé nos acompaña. Y esto nos va a resultar muy beneficioso, porque la madre conseguirá un momento dedicado a la relajación y el bienestar físico, mientras el bebé disfruta de un espacio tranquilo y adaptado a sus necesidades. Además, practicar yoga con nuestro bebé favorece la conexión emocional entre el bebé y su madre, realizar actividades juntos siempre es muy positivo. Incluso, y también a nivel emocional, practicar yoga con otras mamás nos permitirá tener un espacio entre mujeres en el que podemos compartir nuestros estados de ánimo, emociones, preocupaciones y todo lo relativo a la crianza de los hijos.

Otra importante ventaja es que ayuda a la madre a recuperarse físicamente tras el parto: a nivel físico significará poder practicar un ejercicio enfocado a nuestras necesidades específicas y zonas más vulnerables en el postparto, como conseguir flexibilidad en la columna vertebral, tomar conciencia de nuestro suelo pélvico y recuperar progresivamente el tono de la musculatura abdominal. Además, al suponer una mejora de nuestro estado físico y un ejercicio donde poder practicar la relajación, nos ayudará muchísimo a afrontar la crianza de los hijos, ya que los padres que mantienen una actitud relajada y positiva en su vida podrán criar a sus hijos sin tensiones, de una manera feliz y equilibrada.

Realmente se trata de un ejercicio muy saludable, que permitirá a las mamás seguir practicando yoga y poder reanudar el trabajo corporal tras el embarazo y el parto, sin tener que separarse para ello del bebé.



¿Cuándo se puede empezar a practicar?

Se puede comenzar a asistir a clases de yoga con los bebés cuando éstos tienen alrededor de dos meses de edad. Concretamente, y siempre que no haya contraindicación médica, podremos comenzar la práctica a las 4 o 6 semanas del parto, si ha sido vaginal, o a las 8 o 10 semanas si ha sido cesárea.



Fotos / Andres Herbas// Mariana Llobet / Mariano de la Fuente Travesi

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