Una terapia que complementa. Según Toledo a través de las vibraciones que emiten los sonidos se pueden restaurar y corregir la frecuencia con la resonancia correcta devolviendo de esta forma la salud a nuestras partes enfermas. Se utiliza desde problemas para reducir la tensión nerviosa hasta para el desequilibrio emocional. “Si bien la sonoterapia ha dado buenos resultados en el tratamiento de las afecciones señaladas, de ninguna manera sustituye el tratamiento médico convencional”, resalta.
Ideal para quitar el estrés. Para la terapeuta Mónica Murillo, este método relaja, alivia el estrés y otras afecciones relacionadas. Además se pueden conseguir estados alterados de conciencia, mejoría de la memoria, claridad del pensamiento, mejora la concentración y autoestima. También aumenta la facilidad para dormir y la calidad del sueño durante los días subsiguientes de una sesión.
Instrumentos. Durante la terapia, se suelen utilizar distintos instrumentos, resalta Murillo. Fuera de la música está la vocalización de mantras, el gong, los cuencos de cuarzo y los cuencos tibetanos. Asimismo, las vibraciones que emiten estos sonidos van desde lo más sutil hasta lo más fuerte.
Limpiar y purificar. En la vida diaria es posible aplicar la sonoterapia ya que nos encontramos sometidos frecuentemente a los sonidos de la ciudad, advierte Murillo. Lo ideal es que cada uno pueda seleccionar sonidos que equilibren y den serenidad porque hay estrés y estamos con la vibración de sonidos que alteran. “Por lo menos debemos regalarnos unos 20 minutos a nosotros mismos y escuchar frecuencias, solfeggios, música con cuencos tibetano o gong”, dice.
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