jueves, 2 de octubre de 2014

EL “HOT YOGA” COMBINA POSTURAS ESTRATÉGICAS EN UNA SALA CON 42 GRADOS CENTÍGRADOS Y UN 40 POR CIENTO DE HUMEDAD

“El yoga caliente o “hot yoga” combina una serie 26 asanas o posturas extraídas de las 87 posturas de “hatha yoga” tradicional, junto con dos ejercicios de respiración”, señalan desde Californian Hot Yoga, CHY, (www.californianhotyoga.com), un centro de formación de profesores de esta modalidad.

Desde este centro señalan que el yoga, tanto para los profesores como para los simples practicantes, abre un camino nuevo, pleno de satisfacciones, a través de un viaje a uno mismo, “que nos prepara para ser más conscientes en el día a día, aportando un mayor crecimiento personal”.

“Lo más impactante del ‘hot yoga’ es que cambia la vida de quienes lo practican, porque empiezan a ser conscientes de todas las partes de su cuerpo, de que también tienen un mundo interior y que lo que separa el mundo externo del interno es la piel y que ésta ¡también se relaja o se estresa!”, explica a Efe, Macarena Cutillas, directora de CHY.

“Todo lo somatizamos, es decir transformamos los problemas psíquicos en síntomas orgánicos de manera involuntaria y, por eso, hay tantas enfermedades que no podemos curar ni prever”, indica Cutillas, quien asegura que esta modalidad de yoga aporta las herramientas para poder librarse de toda esa negatividad y así poder elegir qué queremos tener dentro nuestro y qué no, igual que elegimos la indumentaria que nos ponemos cada mañana.

Según esta maestra de yoga que estudió en la escuela Evolution de California, “al practicar esta técnica todos se dan cuenta del potencial que tienen dentro y eso, hoy en día, es un milagro”.

Pero, ¿en qué consiste el “hot yoga”? El hot yoga o Bikram yoga fue fundada por el Maestro de origen indio, Bikram Choudhury, que tras años de experiencia y estudio en la práctica del yoga, fundó esta franquicia que promete bienestar físico y mental vitalicio.

Fenómeno de alcance mundial

El “hot yoga” llegó a California en la década de 1970 y se hizo famoso porque la actriz Shirley MacLaine lo practicaba y lo llevó a los círculos altos de la sociedad, donde goza de una gran popularidad, y se practica en buena parte del mundo, desde EEUU, Reino Unido e India, hasta Argentina, Australia, Indonesia, Costa Rica, Canadá, Marruecos, Japón, Bolivia y toda Europa, según Cutillas.

“Consta de unas posturas escogidas y que siguen un orden determinado para trabajar el cuerpo al completo y también la mente. Se compone de 26 asanas y 2 ejercicios de respiración y se trabaja en una sala climatizada con 42 grados centígrados y un 40 por ciento de humedad”, añade esta experta.

Según Cutillas, el yoga es un sanador del cuerpo, que a cada persona le equilibra y sana lo que necesita. Por su parte, el calor, además de ser terapéutico, puede llegar a potenciar la práctica por diez veces, ya que los resultados se obtienen mucho antes.

“Con el yoga tradicional se pueden obtener sus beneficios al cabo de los meses mientras que con el “hot yoga” a la tercera semana ya se puede notar un cambio estructural en el cuerpo”.

De adentro hacia afuera. De acuerdo a la directora de CHY, los beneficios de esta modalidad yoguica son muchos y se basan en que al practicarlo “enviamos sangre impulsada y fresca a cada órgano, glándula, tendón, articulación o músculo, y hace que estimulemos y regeneremos cada célula de nuestro cuerpo y a su ‘músculo’ más importante, el cerebro”.

En forma. “Este método ayuda a controlar el peso, moldeando el cuerpo, quemando grasa, eliminando la retención líquidos, equilibrando el sistema hormonal, regulando el metabolismo y fortaleciendo la masa muscular”, explica esta profesional.

100% Salud. Agrega que además tiene un efecto analgésico, eliminando los dolores de espalda y articulaciones, fortaleciendo los sistemas músculo-esquelético respiratorio y la columna vertebral, y ayudando abandonar los malos hábitos y eliminar toxinas.

Rejuvenece cuerpo y mente. “Asimismo tiene cualidades “antiaging” rejuveneciendo el organismo de dentro a fuera al enviar sangre oxigenada a las células, y beneficia las emociones, calmando el estrés y el sistema nervioso y mejorando la voluntad, la concentración, el control mental y la confianza en uno mismo”, según Cutillas.

Claves para profesores y practicantes

Dadas las especiales condiciones de calor y humedad del “hot yoga” ¿se requieren unas determinadas condiciones físicas o una revisión médica previa para practicarlo?

Macarena Cutillas responde que “dentro de las condiciones normales orgánicas y de salud de cualquier persona, puede practicarlo todo el mundo y carece de contraindicaciones”.

“En nuestro centro tenemos embarazadas, personas operadas del corazón o de hernias, y gente con la tensión alta o baja, y en este último caso el “hot yoga” es bueno para las dos situaciones”, señala.

“Si alguien tuviera una enfermedad especifica, por supuesto tiene que consultar a su médico, igual que si va a practicar cualquier deporte o actividad, y será el facultativo quien lo determine”, añade.

Los requisitos para los alumnos de los cursos de formación son diferentes, porque -según Cutillas- “el entrenamiento para ser profesor es, a nivel profesional, y no solo se practica más de tres horas al día sino que se practican durante todo el día diferentes posturas en el cuerpo, además de otros tipos de yoga”.

“A esto hay que sumarle las horas que hay que pasar sentado en el suelo en las clases teóricas, por lo que es necesario disponer de un certificado médico que diga que la persona puede cumplir el curso sin problemas antes de iniciar el entrenamiento”, indica la experta.

“A los alumnos que vienen a practicar no se les exige ese certificado, a no ser que tengan un problema o dolencia concreta, como una operación de corazón. En condiciones normales no se necesita nada más, ya que lo normal para un practicante es asistir a una clase diaria de una hora y media de duración”, concluye. /

¿POR QUÉ EL CALOR?

Según el programa, algunos de los beneficios del calor incluyen mejora del sistema inmunológico (gracias a que sudas TODO lo que es posible sudar y más), ejercitas completamente tu sistema cardiovascular y debido a que es un ambiente tan exigente, fortaleces tu voluntad, auto-control y determinación.



SI, LO HAGO,¿BAJARÉ DE PESO?

En un estudio llevado a cabo por la Universidad Estatal de Colorado se monitoreó a un grupo de 90 participantes durante 24 sesiones de yoga con fines de investigación. Como parte de los resultados se detectó que, sorprendentemente, las personas casi no bajaron de peso.

Sucede que entre los ríos de sudor que corren por tu cuerpo, el esfuerzo extra que haces para no colapsar a media pose y el calor que nomás no disminuye, sientes que estás quemando cantidades industriales de calorías. Y en realidad, el estudió publicó que un hombre promedio quema alrededor de 460 calorías mientras que una mujer quema 330 calorías, equivalentes a lo que quemas al salirte a caminar a un paso normal durante los mismos 90 minutos.

Lo que sí, es que después de las 24 sesiones, las personas se sintieron más fuertes y se notaron modestamente más tonificadas. Aseguramos hombros, traseros y abdomen mas firmes. ¡Namaste!