viernes, 24 de marzo de 2017

La boliviana que explora los saberes del yoga por el mundo

Todo comenzó con un dolor en el cuello y la espalda. Olivia Mercado Melgar, máster en Educación e instructora de yoga, vive en Tailandia después de haber visitado y radicado en países como Vietnam, Bali, Malasia e India. El paso de esta cruceña por esos países tiene algo en común: la búsqueda de los saberes del yoga.

"El yoga más allá de parecer un cúmulo de posturas extrañas, significa, en realidad, que estamos trabajando a nivel profundo nuestro ser, en el balance entre cuerpo, alma y espíritu”, dice Mercado que visitará a su natal Santa Cruz para dar talleres del 5 al 7 de mayo.


Desde enero, es directora de marketing de un "resort” exclusivo de yoga en Tailandia, después de vivir cinco años en Kuala Lumpur.

Su recorrido por Asia empezó en 2010 cuando dejó Bolivia junto a su exesposo para radicar en Vietnam debido a una propuesta laboral. Ahí conoció a un maestro hindú de meditación de yoga, quien se convirtió en su guía.

Tiempo después que decidió convertirse en instructora de yoga, se enfocó en el método linaje
Ashtanga, cuya técnica consiste en sincronizar la respiración con una serie de posturas para desintoxicar los músculos y órganos. El nivel básico en este aprendizaje son 200 horas.

Mientras vivía en Malasia, hizo el primero de muchos viajes a Bali para hacer un curso de yoga de 500 horas para especializarse en Vinyasa, una forma de yoga que sigue una serie particular de posturas con el fin de crear un patrón específico o un flujo suave. Desde entonces ha estudiado diferentes técnicas alternativas de sanación y en la actualidad aprende sobre el Tantra, un conjunto de tradiciones esotéricas orientales que enseñan a utilizar el deseo material con el propósito de espiritualidad.

Dos años antes de dejar Bolivia, siguió el consejo de su tía que es instructora de yoga para asistir a una de sus clases y averiguar si encontraba algún alivio a sus malestares en la espalda y cuello para los que la medicina no encontraba un diagnóstico.

"Fascinación” es la palabra que usa al recordar su primera clase de yoga. Las posturas, un ejercicio mental constante de relajación y la conexión entre cuerpo, mente y espíritu, la sorprendieron. Se dio cuenta de que era un recurso invaluable del que debía averigua más. Las dos clases por semana se convirtieron en tres y, poco a poco, se convirtió en parte esencial de su vida.

Patrimonio Inmaterial

En diciembre de 2016 el yoga de la India fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco debido a que la filosofía subyacente a esta antigua práctica ha influido en numerosos aspectos de la sociedad de ese país.

El yoga (de la India) combina la adopción de una serie de posturas, la meditación, el control de la respiración, las salmodias (cantos) y otras técnicas que tienen por objeto lograr la realización personal, mitigar cualquier sufrimiento experimentado y facilitar el acceso a un estado de liberación, según la Unesco.

La instructora de yoga, de 33 años, asume que se trata de una herramienta poderosa para calmar la mente, para mantenerse alerta y tener un completo sentido de la claridad en el presente. Es decir, ser consciente de las emociones positivas y negativas para transformar esa energía en algo valioso.

El año pasado estuvo durante dos meses en la ciudad de Visakhapatnam (Ciudad del Destino), India, y fue instructora de talleres de yoga para alrededor de 5.000 personas durante su estadía.

Ahí, en una de las cunas de este conocimiento, dice que comprendió que el alumno puede ser maestro y viceversa.

Un viaje hacia adentro

En su exploración y aprendizaje del yoga por diferentes países aprendió que se trata de una elección de vida, sin intención de convertir a nadie ni impartir ningún dogma a las personas. Con ello se toma consciencia de que los seres humanos tienden a dudar de sus capacidades en todos los ámbitos de su existencia cuando en realidad son seres ilimitados en busca de su darma, su sentido de vida.

Mientras de sus viajes quedan las instantáneas de sus posturas y ejercicios en lugares paradisiacos e idílicos, ella dice que en este trayecto de aprendizaje y enseñanza del yoga le fue necesario hacerse las preguntas fundamentales de su vida: ¿Quién soy? ¿Cuál es mi propósito en la vida? "Cuando vamos despertando en la búsqueda de estas respuestas es cuando estamos siguiendo nuestro darma (...). Nosotros nos enfermamos y somos tristes en la medida en que no seguimos nuestro darma”, detalla.

Dejar ir el ego, optar por el desapego así como intentar, probar, corregir y continuar es una parte del yoga que considera que la vida que -es un gran aprendizaje- se menciona fácil, pero no lo es, dice Olivia Mercado.

"Cuando una persona se embarca en el camino de profundizar en el yoga, se presentan muchas pruebas y desafíos. El camino espiritual no es para los débiles de corazón, es una elección de vida para descubrir el real potencial que hay en cada uno”, finaliza la instructora de yoga que estará en mayo de visita en su ciudad natal, Santa Cruz, para ofrecer también talleres de yoga.



Sobre el taller y el yoga

Taller La instructora de yoga Olivia Mercado visitará Santa Cruz para dar un taller del 5 al 7 de mayo. Para obtener información sobre los costos, horarios y lugar se puede consultar el evento en Facebook: Taller de Yoga con Olivia. También se puede ingresar a la página: My Kind of Yoga.
Yoga Según la Unesco, el yoga se basa en la unificación de la mente, el cuerpo y el alma. Su práctica mejora el bienestar mental, físico y espiritual de las personas. Esta disciplina la practican personas de toda edad sin discriminación alguna por razones de sexo, clase social o religión, y su práctica se ha popularizado en el mundo entero.


martes, 21 de marzo de 2017

¿El yoga adelgaza?



Usted está sobre la esterilla haciendo sus asanas (las posturas de yoga). Todo fluye lento, ni se desplaza ni pega saltos. Incluso puede que haya dejado la mente en blanco. Pero su corazón se ha acelerado como si estuviera subiendo una montaña. ¿A son de qué? “La alternancia de contracción y estiramiento de los músculos aumenta el flujo sanguíneo e incrementa por ello el ritmo cardíaco a través de la compresión y expansión de las venas”, explica Macarena Cutillas, directora de Californian Hot Yoga, y maestra del estilo vinyasa. “Si además lo practicamos en una sala caldeada a 42⁰, como el hot yoga o bikram, la frecuencia cardíaca será superior: no solo hay que hacer frente a las demandas musculares, sino también a la refrigeración corporal”, previene. Usted sudará más y su pulso se acelerará más. No se alarme, la cosa no llega a taquicardia y es muy improbable que ese ajetreo cardíaco acabe en drama. “Cualquier postura en la que separemos los brazos o las piernas del tronco obliga al corazón a bombear más sangre. Sucede, por ejemplo, cuando levantamos los brazos por encima de la cabeza y juntamos las palmas. También, cuando situamos el corazón por debajo del resto del cuerpo porque le obligamos a bombear la sangre desde una posición de desventaja. Lo notamos, por ejemplo, en el arco en el suelo (postura: tumbados bocabajo levantamos los gemelos y agarramos los talones con las manos)”.

Llegado a este punto de agitación de su músculo cardíaco puede que usted se plantee si su clase de yoga cuenta como actividad cardiovascular. Pues todo dependerá del tipo de disciplina que siga. Si es muy estático, hará poca cosa. En cambio, si es más vigoroso, como el vinyasa o el power flow, irá bien encaminado. La clave la da el American College of Sports Medicine. Según este organismo, encargado de llevar la voz cantante a la hora de marcar las pautas en la medicina deportiva, se considera fitness cardiovascular aquella actividad que lleva a un sujeto a desarrollar entre el 65% y el 90% de su rimo cardíaco máximo, que dura al menos 20 minutos e involucra a grandes grupos musculares y se realiza de tres a cinco días a la semana.

El profesor Juan del Coso, responsable del laboratorio de Fisiología del Ejercicio de la Universidad Camilo José Cela, apunta: “Una persona sana tiene entre 60 y 80 latidos por minuto en reposo. Al realizar cualquier tipo de actividad se acelerará para satisfacer las demandas energéticas que se producen en los músculos. En este sentido, el yoga sí es en cierto modo una modalidad de fitness cardiorespiratorio suave. Ahora bien, siempre debe considerarse como una práctica complementaria, nunca como única actividad, ya que rara vez se van a superar las 100 pulsaciones por minuto”.

Menos lesiones

Si en su primera sesión nota que el corazón le late como una locomotora desbocada, pero un par de meses después empieza a doblarse como un junco en medio de un llevadero trajín cardiovascular, enhorabuena. Su músculo cardíaco empieza a ponerse a tono y necesita latir menos para bombear la misma cantidad de sangre. Además, estará ganando flexibilidad, una cualidad que escasea en la musculatura occidental. Del Coso apunta otra ventaja de practicar yoga: “Dado que el estrés cardíaco es limitado, las posibilidades de sufrir un infarto en una persona sana son también remotas”. Entonces, ¿no hay ningún riesgo? “Al no haber impacto ni contacto físico, la prevalencia de las lesiones es inferior a la de otras modalidades deportivas”.

Dicho esto, practicarlo en el salón de casa con un DVD sin tener ninguna noción, puede acabar mal. Así lo corrobora el estudio Epidemiology of yoga-related injuries in Canada: el 73% de los osados sufrió algún daño articular, sobre todo, esguinces (34%) y lesiones de distinto grado en las extremidades inferiores (42%).

Cero estrés

¿Por qué ayuda a relajarse? “En el yoga o la meditación predomina la respuesta del sistema parasimpático [gestiona los estados de calma], se reduce la presencia de adrenalina y cortisol y como resultado llega esa ansiada relajación”, explica Tomás Fernández, jefe de la Unidad de Medicina Deportiva de la Clínica Cemtro. Mili Lazcano, instructora en Shambala Yoga Urbano, añade: “Al concentrarnos en cada inhalación y espiración calmamos la mente y conectamos con nosotros mismos”. Lo que Buda da por hecho, lo demuestran la neuropsicóloga Shirley Telles y científicos de Patanjali Research Foundation y del Instituto de Ciencias Médicas de Nueva Delhi: si al hacer yoga uno se concentra en la respiración o entra en un estado de meditación puede bajar hasta 19,6 pulsaciones por minuto. Y, de paso, barrer las reacciones vinculadas al estrés y la ansiedad. De ahí que Cesáreo Fernández Alonso, del Servicio de Urgencias del Hospital San Carlos, en el Libro de la salud cardiovascular (Fundación BBVA), señale que para que el estrés no acabe malogrando el corazón, además de tomar fármacos, no está de más apuntarse a técnicas de relajación, meditación o yoga.

Pero, ¿adelgaza o no adelgaza?

Es posible que a mitad de la clase su gurú diga (siempre hablan de tú a tú) aquello de “nota cómo masajeas tus intestinos, tu hígado, tu estómago”. ¿Sabe por qué? “Cada ‘asana’ afecta a un meridiano diferente (un canal por el que circula la energía o ‘prana’ hacia un determinado sector de órganos). Por ejemplo, en ‘anahatasana’, o ‘postura que derrite el corazón’, ese estiramiento suave del pecho beneficia los meridianos del corazón y el pulmón”, explica Lazcano. En otras palabras, usted se pasa todo el día hecho un siete en su despacho y la sangre le fluye como buenamente puede. “Al retorcernos, creamos ‘torniquetes’ por todo el cuerpo. Al soltar, la circulación fluye con fuerza irrigando lugares a los que no estaba llegando bien, y con sangre bien oxigenada (de ahí la matraca de los profesores con la respiración)”. Recuerde: masajear los intestinos favorece su regularidad. Pero no se esfumarán sus kilos de más. La Universidad de Harvard cifra que en una hora de hatha yoga una persona de 70 kilos quema unas 298 kilocalorías frente a las 600 que gasta pedaleando en ese mismo tiempo. “La actividad muscular del yoga es superior a la del reposo, pero siempre dentro de un rango bajo. Para perder toca recurrir a actividades de mayor gasto energético como el ciclismo, natación o correr”, apunta Del Coso. El yoga, añade, será un excelente complemento porque ayuda a estirar los músculos que en esos otros deportes suelen ir contraídos, mejora la oxigenación y contribuye a la concentración. Otra cosa es que al introducirse en esta disciplina se adopten hábitos de alimentación saludable (el mindful eating está muy vinculado a la relajación y la meditación) y menos calórica, y esto sí lleve a una reducción de peso”, matiza Del Coso. Tampoco tire la toalla: unas asanas al día le ayudarán a tonificar y esculpir los músculos.

sábado, 4 de marzo de 2017

La meditación es vinculada a la salud mental y corporal



No hay duda alguna que el estrés es uno de los enemigos de la salud mental y corporal de las generaciones de hoy.

La Asociación Americana de Psicólogos (APA), en un comunicado publicado en su página web, afirma que “todos hemos sentido estrés” en nuestra vida. A veces, por un momento breve frente alguna situación, como el estar atrapado en un tráfico pesado, y otras por tiempos prolongados ante un problema complejo y persistente que puede estar relacionado ya sea con nuestras relaciones amorosas o familiares, la enfermedad o muerte de un ser querido, la pérdida del trabajo o el caer en una mala situación económica.

Es decir que el estrés está allí, metido en nuestras vidas y, en algunos casos no nos damos cuenta de ello al no tomar conciencia de su presencia y las alteraciones que está provocando en nuestra salud mental y corporal.

La APA alerta que el estrés es peligroso cuando interfiere con la habilidad de vivir una vida normal por un período extenso de tiempo. "Uno puede sentirse fuera de control y no tener idea de lo que debe hacer, aún si la causa es insignificante. Esto a su vez puede causarle que uno esté siempre fatigado, no se pueda concentrar o esté irritable en situaciones tranquilas”, agrega.

Asimismo, señala que, cuando es prolongado, puede aumentar cualquier problema emocional que haya surgido de eventos traumáticos en el pasado e incrementar pensamientos suicidas.

Y como los efectos negativos del estrés han sido siempre evidentes, la buena noticia es que se han desarrollado técnicas para controlarlo y existen también disciplinas de control mental, meditación y relajación que han demostrado que funcionan, como es el caso del “mindfulness”, una antigua técnica de meditación de la India que consiste en tomar conciencia del momento presente, de la realidad.

“La práctica de 'mindfulness' ha ganado popularidad en los últimos tiempos, debido a su efectividad y respaldo científico”, según el psicólogo Eric López Maya. “Y esto se debe a que existe una gran necesidad de encontrar recursos prácticos para enfrentar las situaciones estresantes de la vida diaria y poder vivir desde una perspectiva distinta, más saludable”.

La psicóloga Raquel Melgar afirma que meditar es una excelente opción, debido a que es hacer un alto, así sea de pocos minutos para concentrarse en el aquí y el ahora. "Es concentrarse en el cuerpo, respirar y sentir cómo el aire entra a nuestros pulmones", indicó.

La especialista señala que vivimos en tiempos inciertos y necesitamos aprender a manejar nuestra atención para poder estar en el momento presente de una manera equilibrada. Además, existen una gran cantidad de investigaciones que avalan los resultados positivos de la meditación en nuestros cuerpos.

Melgar asegura que las investigaciones han demostrado que la meditación tiene muchos beneficios para la salud corporal y mental de cualquier persona.

Reducción del estrés

“Cuando practicamos a diario la meditación, aprendemos a responder, y no reaccionar automáticamente ante lo que nos sucede”, detalla Melgar. Agrega que al estar en el momento presente podemos elegir cómo enfrentamos lo que nos sucede diariamente, lo cual tiene efectos beneficiosos para la salud en términos de disminución de síntomas asociados con el estrés, como hipertensión, dolores de cabeza, tensión muscular o trastornos gastrointestinales.

El sistema inmune

Las investigaciones científicas sobre el estrés han demostrado que cuando se está estresado, el sistema inmune tiende a no funcionar adecuadamente. Según el psicólogo, ganador del Premio a Tesis Doctoral de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California en Berkeley, esto se da en el mecanismo de inflamación crónica, que puede ser precursor de muchas enfermedades y que puede evitarse a través de la práctica de la meditación.

Control de la ansiedad

La ansiedad, por lo regular, está incluida dentro de los síntomas de estrés. Según la psicóloga, muchas veces se origina porque nuestros pensamientos corren hacia el futuro con preocupaciones e historias terribles. El entrenamiento en meditación puede ayudar a que estas preocupaciones no nos afecten demasiado y, por lo tanto, disminuir los síntomas de ansiedad. Esto ha sido demostrado en diversas investigaciones en los últimos 20 años.

Control de depresión

Debido a que con la técnica de la meditación se logra la capacidad de estar consciente a cada instante de nuestros sentimientos y sensaciones reales, así como a identificar aquellas cosas que están o no bajo nuestro control, esta técnica de meditación y relajación resulta excelente para ayudar a prevenir o controlar la depresión. “Muchos casos de depresión tienen su origen en patrones de pensamiento que no son sanos para nosotros”, señala la especialista.

Atención y concentración

De acuerdo con el experto, esta práctica “puede ayudarnos a ser mucho más eficientes en nuestras actividades cotidianas, incluyendo nuestro trabajo”.

“En investigaciones que he realizado tanto en Estados Unidos como en México, quienes practicaron meditación y relajación pudieron realizar tareas con mucha mayor atención y sin cometer tantos errores como aquellos que no la practicaron”, asienta el investigador López Maya.