sábado, 18 de junio de 2016

Técnica científica de la meditación

Ante todo es necesario aprender a vivir de instante en instante; saber aprovechar cada momento, no dosificar el momento. Cuando practicamos la meditación, nuestra mente es asaltada por muchos recuerdos, deseos, pasiones, preocupaciones, etc. Debemos evitar el conflicto entre la atención y la distracción. Existe conflicto entre la distracción y la atención cuando combatimos contra esos asaltantes de la mente. El "yo" es el proyector de dichos asaltantes mentales. Donde hay conflicto no existe quietud ni silencio.

Debemos anular el proyector mediante la autoobservación y la comprensión. Examinad cada imagen, cada recuerdo, cada pensamiento que llegue a la mente. Recordad que todo pensamiento tiene dos polos: positivo y negativo.

Entrar y salir son dos aspectos de una misma cosa. El comedor y el baño, lo alto y lo bajo, lo agradable y lo desagradable, etc., son siempre los dos polos de una misma cosa.

Examina los dos polos de cada forma mental que llegue a la mente. Recuerda que sólo mediante el estudio de las polaridades se llega a la síntesis. Toda forma mental puede ser eliminada mediante la síntesis.

Ejemplo: Nos asalta el recuerdo de una novia. ¿Es bella? Pensemos que la belleza es el opuesto de la fealdad y que si en su juventud es bella, en su vejez será fea. Síntesis: No vale la pena pensar en ella, es una ilusión, una flor que se marchita inevitablemente.

En la India, esta autoobservación y estudio de nuestra psiquis es llamada, propiamente, Pratyâhâra.

Los "pájaros-pensamientos" deben pasar por el espacio de nuestra propia mente en sucesivo desfile, pero sin dejar rastro alguno. La infinita procesión de pensamientos proyectados por el "yo" al fin se agota y, entonces, la mente queda quieta y en silencio.

Un gran Maestro auto-realizado dijo: "Solamente cuando el proyector, es decir, el "yo", está ausente por completo, entonces sobreviene el silencio que no es producto de la mente. Este silencio es inagotable, no es del tiempo, es lo inconmensurable, sólo entonces adviene aquello que es".

Toda esta técnica se resume en dos principios:

a) Profunda reflexión.

b) Tremenda serenidad.

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