viernes, 1 de noviembre de 2013

Yoga, un sonido de paz para los niños

La técnica fortalece el entorno social y eleva la autoestima de los pequeños.

“Aum” es el sonido que se escucha en una de las salas de yoga del centro Prana, ubicado en Calacoto, donde un grupo de niños y niñas ejercita su respiración y aprende a relajarse para hacer frente al estrés y a la falta de concentración.
Mientras los pequeños estiran sus músculos, la instructora Ana Ichaso dice que los ejercicios de relajación, que se practican en las sesiones terapéuticas, ayudan a los menores a fortalecer el equilibrio físico y psíquico. “Las clases son lúdicas porque se usan recursos alternativos como los juegos, títeres, música, canto, afirmaciones positivas, meditación y posturas de animales a fin de divertir y elevar la autoestima de todos los pequeños”.
La experta explica que los menores que practican yoga encuentran un espacio de libertad en el centro. “No los agrupamos por edades; los menores aprenden de los mayores, y éstos se tornan más tolerantes. Además tienen más paz interior y ejercen autocontrol de sus emociones”.
Yoga INCLUSIVA. Los menores con necesidades especiales también tienen un espacio en el centro para ejercitar y estimular el desarrollo de sus capacidades motrices, cognitivas, emocionales y adaptativas.
“Aquí, todos son iguales; los niños con síndrome de Down, autistas, con parálisis cerebral y con déficit de atención practican yoga. Para ello, los instructores desarrollan ejercicios especiales y sus sesiones son personalizadas”.
La instructora señala que cada mes llegan de entre tres y cuatro menores que tienen una serie de necesidades especiales.
“Esta técnica no sólo beneficia a los niños, sino a las familias porque ven cómo sus hijos se convierten en personas radiantes y alegres porque se fortalece su entorno social”.
Yuli Urrea, otra instructora, relata que los menores hiperactivos que practican yoga canalizan su energía y mejoran su comportamiento. “El yoga mejora su estado de ánimo, reduce las conductas agresivas y eleva su desempeño social”.
Otro de los beneficios del yoga es que los menores desarrollan hábitos mentales saludables mediante el uso de afirmaciones positivas. “Acepto todos mis sentimientos como parte de mí mismo” es una de ellas. “Esas frases hacen que los pequeños aprendan el poder de crear y dirigir su propia realidad, sin que sus emociones les afecten”, añadió Urrea.

SEGÚN EXPERTOS, lOS NIÑOS PUEDEN PRACTICAR YOGA A PARTIR DE LOS TRES AÑOS, ya que ésta es una actividad que el menor puede encontrar muy divertida, pues muchas de las posiciones que se realizan en las sesiones imitan a diferentes animales. Además, éste es recomendable para niños que sufren de estrés por el ritmo de vida actual, porque les ayuda a canalizar la ansiedad y el miedo.

180 bolivianos es la mensualidad que cobra el centro Prana. El curso dura siete meses.

Las clases de yoga

El centro Prana imparte clases de yoga para niños y jóvenes de entre tres y 17 años.
EL YOGA es una ciencia y una técnica que ayuda a las personas a expandir sus facultades mentales para fortalecer el equilibrio psicológico y físico.
Las sesiones de yoga, en el centro Prana, duran de entre una y dos horas. Para los niños de tres años, la terapia se desarrolla durante 20 minutos.
Al practicar yoga, los menores mejoran sus hábitos de vida y fortalecen su rendimiento escolar.
El 10 y el 11habrá un curso de formación de profesores en yoga para niños. Más información en el teléfono 70525712.

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